yo elijo las estelas,
el polvo cósmico
de tus piernas
que sobre un enjambre de estrellas
están reposando.
Entre el Molinillo Austral
y la Galaxia de Bode
me voy a las nebulosas,
esféricas y esmeralda,
de tus ojos
que miran sinceros.
Entre la Enana de Acuario,
la Corona Austral
y el resplandor de Pegaso
opto con gusto
por hundirme en el cúmulo estelar
-de más cien mil parsecs-
de tus labios,
en su onda expansiva,
en su blanda nobleza,
en sus años luz,
en su sistema binario.
Si tuviera que elegir
una isla de náufrago,
un refugio de oso,
un oasis de astronauta,
trazaría las coordenadas
hacia el calor de tu cama
hacia el halo óxido de tu pelo,
a ese punto del mapa,
a ese lugar en el cosmos.
©Pequod